sábado, 29 de julio de 2017

COMO SE ORIGINA EL MAL COMPORTAMIENTO DE MI HIJO


De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española la conducta es “la manera con la que los hombres se comportan en su vida y acciones”; en el diccionario de psicología científica y filosófica (2015) se le define como “las acciones y reacciones del sujeto ante el medio”.

De una manera más precisa, podemos concebir a la conducta como “la manifestación externa de acciones, emociones, reacciones e instintos, pueden ser positivos o negativos y pueden modificarse en cualquier momento”; por lo tanto, cualquier conducta, especialmente aquellas problemáticas, se pueden modificar.

La conducta humana va cambiando durante el crecimiento, con la interacción social y la experiencia de vida que tenemos a lo largo de los años y poco a poco se va estableciendo en forma de hábitos y reacciones espontaneas, sin embargo la mayoría de las conductas se originan a través de la interacción con los padres de familia, Dodge (1993) explica, lo anterior argumentando que las primeras experiencias infantiles se almacenan en la memoria y más adelante surgen nuevamente ante diversos estímulos; dependiendo de lo positivo o negativo de esas experiencias será el comportamiento futuro.

Por ejemplo, si durante la niñez mis padres eran lectores y siempre los vi leyendo, cuando tenga mayor edad, es probable que tienda a repetir ese comportamiento.
Aquellas conductas (sea positiva o negativa) que son percibidas por el cerebro y el cuerpo como algo placentero, tienden a repetirse de manera constante, hasta que finalmente se instauran de forma programada y se convierten en hábitos, esto explica porque cuando obligamos a los hijos con gritos y regaños que realicen alguna tarea como recoger su cuarto, no lo hacen, pues en dicha actividad no encuentran un estimulo placentero.

Existen diversas teorías que explican cómo se instaura una conducta, para efectos explicativos proponemos el siguiente proceso que engloba 3 pasos: La entrada, la incubación y la instauración.





El proceso de entrada se refiere a la forma en que percibimos la información y como la procesamos; al respecto Richar Bandler y John Grinder propusieron en su modelo de programación neurolingüística que los comportamiento entran en la mente a través de los 5 sentidos (olfato, tacto, vista gusto y oído) y los clasificaron en 3 canales de percepción o estilos de aprendizaje: visual, auditivo y kinestésico.

La percepción visual es la facilidad para aprender a través de la observación; la  auditiva es mediante el sentido del oído y la kinestésica  a través de del tacto, el gusto y el olfato; ahora bien, todos aprendemos a través de estos 3 canales de percepción, pero preferimos alguno más que otro y entre más lo utilizamos más se desarrolla; se estima que un 40% de las personas son visuales, un 30% auditivas y un 30% kinestésica (SEP, 2004); lo anterior explica, porque si mi hijo es visual se aburre con explicaciones largas y después se distrae o comienza a jugar, hacer dibujos en su cuaderno o a molestar a los demás.


Si tu hijo tiene problemas de conducta o problemas para aprender en la escuela quizá se deba a que la forma en que está percibiendo la información no sea por el canal correcto, para ello se sugiere que identifiques cual es el canal de percepción que prefiere. En la siguiente tabla se sintetizan algunas características que te ayudarán a este fin: 


(Tomada de Neira, J.,2008)


El proceso de incubación se refiere a la forma en que una conducta  se refuerza en la mente, para que esto suceda, debe existir algo en el exterior que este repitiendo constantemente el comportamiento que más tarde será imitado por el hijo; Entre más se repita la conducta del exterior o le produzca algún tipo de placer al niño será más fácil de instaurarse.

Por ejemplo, si en casa el niño solo veía peleas y gritos entre los padres cuando era pequeño, pensará que esa es la forma en que deberá comunicarse y relacionarse con los demás y al llegar a la escuela le gritará o agredirá físicamente a sus compañeros.

Es importante que comprendamos que todo lo que hacemos como padres en casa es percibido por nuestros hijos y más tarde será imitado por ellos, a esto el psicólogo Albert Bandura le denomina aprendizaje por modelado.

Por último, el proceso de Instauración es el proceso en el que una conducta (sea positiva o negativa) se programa en nuestra mente como un instinto y aparece después de forma espontanea sin que nosotros nos demos cuenta, como si estuviera en piloto automático.

Aquellas conductas que se repiten de manera cotidiana, se convierten en hábitos y pueden modificarse en cualquier momento, por más difícil que parezca.


Considerando todo lo antes expuesto, te recomendamos poner en práctica las siguientes estrategias para comenzar a mejorar la conducta de nuestros hijos:





Recuerda que debemos ser pacientes para modificar una conducta.
Autor: Lic. Tonatiuh Ortiz

La próxima semana postearemos “4 elementos socioculturales que aporta la familia y cuya existencia o carencia definen la conducta y actitudes de los hijos en el entorno escolar, en su desempeño académico y a largo plazo en la sociedad”


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