De acuerdo con la Real Academia de la Lengua
Española la conducta es “la manera con la que los hombres se comportan en su
vida y acciones”; en el diccionario de psicología científica y filosófica
(2015) se le define como “las acciones y reacciones del sujeto ante el medio”.
De una manera más precisa, podemos concebir a
la conducta como “la manifestación externa de acciones, emociones, reacciones e
instintos, pueden ser positivos o negativos y pueden modificarse en cualquier
momento”; por lo tanto, cualquier conducta, especialmente aquellas problemáticas,
se pueden modificar.
La conducta humana va cambiando durante el
crecimiento, con la interacción social y la experiencia de vida que tenemos a
lo largo de los años y poco a poco se va estableciendo en forma de hábitos y
reacciones espontaneas, sin embargo la mayoría de las conductas se originan
a través de la interacción con los padres de familia, Dodge (1993)
explica, lo anterior argumentando que las primeras experiencias infantiles se
almacenan en la memoria y más adelante surgen nuevamente ante diversos
estímulos; dependiendo de lo positivo o negativo de esas experiencias será el
comportamiento futuro.
Por ejemplo, si durante la niñez mis padres
eran lectores y siempre los vi leyendo, cuando tenga mayor edad, es probable
que tienda a repetir ese comportamiento.
Aquellas conductas (sea positiva o negativa)
que son percibidas por el cerebro y el cuerpo como algo placentero, tienden a
repetirse de manera constante, hasta que finalmente se instauran de forma programada
y se convierten en hábitos, esto explica porque cuando obligamos a los hijos
con gritos y regaños que realicen alguna tarea como recoger su cuarto, no lo
hacen, pues en dicha actividad no encuentran un estimulo placentero.
Existen
diversas teorías que explican cómo se instaura una conducta, para efectos
explicativos proponemos el siguiente proceso que engloba 3 pasos: La entrada,
la incubación y la instauración.
El proceso de entrada se refiere a la forma en que
percibimos la información y como la procesamos; al respecto Richar Bandler y
John Grinder propusieron en su modelo de programación neurolingüística que los
comportamiento entran en la mente a través de los 5 sentidos (olfato, tacto, vista gusto y oído) y los
clasificaron en 3 canales de percepción o estilos de aprendizaje: visual,
auditivo y kinestésico.
La percepción visual es la facilidad para aprender a través de la observación; la auditiva es mediante el sentido del oído y
la kinestésica
a través de del tacto, el gusto y el olfato; ahora bien, todos aprendemos a través de estos 3 canales de
percepción, pero preferimos alguno más que otro y entre más lo utilizamos más
se desarrolla; se estima que un 40% de las personas son visuales, un 30%
auditivas y un 30% kinestésica (SEP, 2004); lo anterior explica, porque si mi
hijo es visual se aburre con
explicaciones largas y después se distrae o comienza a jugar, hacer dibujos en
su cuaderno o a molestar a los demás.
Si tu hijo tiene
problemas de conducta o problemas para aprender en la escuela quizá se deba a
que la forma en que está percibiendo la información no sea por el canal
correcto, para ello se sugiere que identifiques cual es el canal de percepción
que prefiere. En la
siguiente tabla se sintetizan algunas características que te ayudarán a este
fin:
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(Tomada de Neira, J.,2008)
|
El proceso de
incubación se
refiere a la forma en que una conducta
se
refuerza en la mente, para que esto suceda, debe existir algo en el
exterior que este repitiendo constantemente el comportamiento que más tarde
será imitado por el hijo; Entre más se repita la conducta del exterior o le
produzca algún tipo de placer al niño será más fácil de instaurarse.
Por ejemplo, si en casa el niño solo veía
peleas y gritos entre los padres cuando era pequeño, pensará que esa es la
forma en que deberá comunicarse y relacionarse con los demás y al llegar a la
escuela le gritará o agredirá físicamente a sus compañeros.
Es importante que comprendamos que todo lo que
hacemos como padres en casa es percibido por nuestros hijos y más tarde será
imitado por ellos, a esto el psicólogo Albert Bandura le denomina aprendizaje
por modelado.
Por último, el proceso de Instauración es el
proceso en el que una conducta (sea positiva o negativa) se programa en nuestra
mente como un instinto y aparece después de forma espontanea sin que nosotros
nos demos cuenta, como si estuviera en piloto automático.
Aquellas conductas que se repiten de manera
cotidiana, se convierten en hábitos y pueden modificarse en cualquier momento,
por más difícil que parezca.
Considerando todo lo antes expuesto, te
recomendamos poner en práctica las siguientes estrategias para comenzar a mejorar
la conducta de nuestros hijos:
Recuerda que debemos ser pacientes para
modificar una conducta.
Autor: Lic. Tonatiuh
Ortiz
La próxima semana postearemos “4 elementos socioculturales que aporta la
familia y cuya existencia o carencia definen la conducta y actitudes de los
hijos en el entorno escolar, en su desempeño académico y a largo plazo en la
sociedad”
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